No seas como Fulgencio.

Este es Fulgencio, el pollo.

Fulgencio tiene un sueño, y es ser emprendedor. 

Entonces, lo que hizo fue crear un servicio de coaching para pollitos que, como él, querían ser algo más que un plato para la cena. 

Hizo todo lo que se suponía que tenía que hacer:

• Especializarse en coaching pollontológico.
• Crear el avatar de su cliente ideal o poller persona.
• Definir el modelo de negocio al detalle. 

Le costó un huevo (jaja), pero ya lo tiene listo. 

El tema es que se dio cuenta de que 80% de tener un emprendimiento no tiene nada que ver con ser bueno en su servicio, porque los clientes no le llegaban así, de la nada.

Así que se puso las pilas para hacer lo que todos los emprendedores inteligentes hacen para aumentar su visibilidad y sus ventas: apostar al internet.

Ay. 

Mi.

Dios.

Pobre Fulgencio. 

• • Problema 1: Se lanzó con una página web preciosa, pero no tenía ni la más pálida idea de cómo expresar en sus textos lo que tenía en la cabeza para que sus pollo-clientes entiendan lo que vendía. 
  • Problema 2: Empezó a publicar a full en redes sociales y a mandar correos a sus potenciales clientes, pero no tenía ninguna reacción como respuesta.
  • Problema 3: Estaba intentando tantas cosas juntas (redes, publicidad, webinars gratuitos, etc.) que ya no sabía para dónde apuntar.

Pero ¿quién dijo que tenía que ser tan complicado?