Tengo sentimientos encontrados con los medios de comunicación.
A veces no sé si reír… o arrancarme los ojos con una navaja oxidada. 🔫
Un tema que viene rondándome la cabeza hace un tiempo es el uso del condicional en el español cuando se trata de textos periodísticos.
Me explico.
Pongamos de ejemplo la siguiente oración:
“Un marginal (…) habría extorsionado a la propietaria de la computadora…”
¿Extorsionó o no a la propietaria de la computadora?
¿O la habría extorsionado si hubiese podido?
Más adelante en la noticia se lee que “el sujeto le dijo que tenía la computadora y que iba a devolverle a cambio de (…)” o sea que sí, en definitiva, el sujeto extorsionó a la propietaria de la computadora.
Entonces, ¿cuál es el objetivo del uso de ese condicional “habría extorsionado”?
➖ El condicional del rumor
Este recurso se utiliza comúnmente para redactar noticias que no están suficientemente probadas o cuando quiere comunicarse algo “de forma cautelosa”, según los expertos.
No es incorrecto desde el punto de vista gramatical (aunque es tan feo que, en mi opinión, debería abolirse por simple estética).
Pero lo que sí hacen las autoridades es “desaconsejar” su uso y recomendar su sustitución por otras fórmulas.
Siguiendo con el mismo ejemplo, si no supiéramos si el marginal extorsionó o no a la propietaria de la computadora, diríamos:
- “Se cree que el marginal extorsionó a la propietaria de la computadora”, o
- “El marginal posiblemente extorsionó a la propietaria”.
(Como en definitiva sabemos que sí lo hizo, ni siquiera tiene sentido usar estas fórmulas, solo podemos concluir que el periodista en cuestión no estaba seguro de nada [¿?] y esto es un ejemplo de que el condicional, en vez de volverse un recurso para “cautelar”, es más bien un modismo)
➖ La moral del rumor
Como decía, las autoridades lingüísticas y algunos manuales de estilo periodístico desaconsejan el uso de este “condicional del rumor” justamente porque habilita a los medios a publicar rumores o chismes como si fueran noticia.
Y es que no puede NO HABER un deber moral sobre las “cabezas” de los medios de comunicación.
Se trata de un pilar básico de la convivencia e incluso se enlaza al derecho democrático de los ciudadanos de estar (bien) informados.
Esta cita de Cassany la he usado antes, pero es que es tan adecuada:
“Los organismos administradores, públicos o privados, pero también los autores individuales, tienen el deber de hacerse entender, mientras que los administrados tienen el derecho de poder comprender lo que necesiten para desenvolverse en la sociedad moderna. Las dificultades en la comunicación crean desconfianza y atentan contra la convivencia social”
(Daniel Cassany, La cocina de la escritura, ANAGRAMA, 1995, Pag. 26 – lean este libro, es fantástico)
En fin, quedémonos con estas dos premisas:
1. Presentar información falsa está mal.
2. Presentar información en un lenguaje que puede ser engañoso, también.
Es decir, que bien han recomendado las autoridades lingüísticas al decir que es preferible usar fórmulas como “según fuentes…” o “aparentemente…” en vez del “condicional del rumor”.
Así podría prevenirse (aunque no sea más que en parte) que los medios presenten rumores como hechos, máxime en un lenguaje impreciso que puede llevar a la confusión.
➖ Cuando la ley y la moral pueden llegar a colisionar
Al parecer, los medios de comunicación decidieron apropiarse y casi ensañarse con el bendito condicional.
Como se vio en el ejemplo más arriba, ya ni siquiera cumplía una función de “precautelar la información”, sino que era más bien un simple modismo.
En Latinoamérica, esto tal vez se debe en parte a la influencia de una famosa jurisprudencia argentina: la llamada “doctrina Campillay”.
Esta doctrina legitima los dichos de otro (de los medios) si:
- Omite revelar la identidad de los sujetos presuntamente implicados
- Utiliza un tiempo de verbo potencial
- Propala el dato atribuyéndolo directamente a una fuente identificable.
No me lo invento, eh: Corte Suprema de Justicia de la Nación, I., J. C. H. c. Fundación Wallenberg y otro s/ daños y perjuicios / Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba, Sala Civil y Comercial, R., C. H. c. La Voz del Interior S.A. s/ ordinario- recurso de casación
〰️ Las macanas que marcaron tendencia
Esta vendría a ser nuestra versión criolla de la doctrina de la real malicia.
Esta doctrina norteamericana exonera de responsabilidad a los medios de comunicación cuando se trata de hacer declaraciones respecto de una figura pública, siendo esta última responsable de desmentir las publicaciones agraviantes.
KE.
Felizmente, la justicia nacional ha considerado que la doctrina de la real malicia no tiene cabida aquí justamente por eso: porque da a los medios de comunicación la libertad de decir lo que se le venga en ganas sobre una figura pública, sin tener la obligación de probar sus dichos.
De hecho, un diario de gran circulación fue sancionado a indemnizar a una persona por haber publicado “titulares en términos asertivos y categóricos” sin haber constatado los “presuntos trascendidos” (rumores).
Y esto sí que fue acá: Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Asunción, Noveno Turno, De Vargas, Francisco José c. Zucolillo, Aldo y otros. (SD: N° 150)
➖ Tan correctos que ya son incorrectos
La inevitable consecuencia de nuestra versión (la Campillay), es que los medios empezaron a usar los condicionales de manera indiscriminada para poder tomar precaución de cualquier consecuencia legal.
Hoy pasó de ser una manera de proteger a la ciudadanía a un simple modismo que incluso vuelve a causar el mismo peligro: utilizar lenguaje engañoso que puede llevar a la confusión.
Llevada al extremo, este uso de condicionales genera titulares apocalípticos como:
‘“BCP estaría soltando el dólar”, dice exministro’
QUÉ SENTIDO TIENE ESTE TITULAR si en el contenido se lee que el exministro dijo “Yo lo que creo es que el banco BCP (Banco Central del Paraguay) está soltando el dólar”.
¿Por qué no dicen que “el exministro cree que el BCP está soltando el dólar”, sencillamente?
AHHHHHHH.
➖ Mi queja formal:
En serio, si ya no es por una cuestión moral, por lo menos por estética… y por supuesto, si van a redactar contenidos para su web, eviten estas muletillas como la mismísima peste.
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