Ser libre (en tiempos de pandemia)

Nunca fui más libre que ahora que estamos en cuarentena.

No puedo reunirme con mis amigos a tomarme una cerveza fría, ni aprovechar los últimos días de verano para tirarnos en una piscina y compartir un tereré.

No puedo ir a entrenar cada mañana como vengo haciendo desde hace años, y ni siquiera puedo ir a hacer las compras con tranquilidad.

No iré a comprar una torta para festejar mi cumple, e irónicamente, nunca fui más libre que ahora.

Porque hoy por hoy, me doy cuenta de lo que sí puedo controlar.

Soy consciente de ser dueña de lo que pienso, de mis reacciones frente a las adversidades, de cómo actúo frente a todo lo que está pasando.

Tengo la libertad de contemplar escenarios posibles en el futuro y hacer planes acorde a ello. Aunque no pueda tomar ninguna decisión definitiva, cuando llegue el momento, sabré exactamente qué hacer.

Plan A, Plan B, Plan Z.

Sé que soy yo la única que controla mi cuerpo, dentro del espacio (limitado) que tengo. Soy libre de decidir, con conciencia, mantenerlo nutrido, hidratado y fuerte; y no tirarme en un sofá a lamentarme y esperar a que todo termine.

Lo curioso es que (¡por fin!) soy libre de lo que los demás piensan de mí, de ojos juzgadores y lenguas indiscretas que emiten opiniones que nadie solicitó. Cambiamos los “te falta bajar esos kilitos, eh” por “lavate las manos, por favor, no vayas a enfermar…”

Soy libre de consumir la información que quiera y, sobre todo, de elegir qué información dejar de lado.

También soy libre de decidir qué gente mantener lejos de mí (por favor, llevate tu pánico, tu negatividad y tu miedo a otra parte).

Soy libre de exigencias de horarios, compromisos y citas, y aún así decido despertarme a las 4 de la mañana, porque quiero. Me gusta levantarme cuando el sol todavía no se desperezó.

La madrugada y yo nos llevamos bien, porque apreciamos las sutilezas.

Lo obvio, pero delicado.

Como que es evidente que está amaneciendo, porque cantan los pájaros, aun cuando la oscuridad reinante parezca indicar lo contrario.

Como que nunca he sido tan libre como ahora, que estoy en cuarentena.

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